El sexto año del JK5022
154 Fallecidos, 79 de ellos vecinos de la isla de Gran Canaria. Tod@s teníamos un familiar, amigo o conocido en esa lista negra, que dió nombre a uno de los momentos más dolorosos de nuestra historia. Investigaciones e incluso una película creada por Mediaset España, intentan darle sentido a un accidente que aún nadie sabe porque pasó.
Facturar el equipaje, embarcar, dos horas de vuelo y llegar a Gran
Canaria. El piloto avisa de que hay algún problema, el vuelo se retrasa,
mensajes a las familias, finalmente se enciende la señal de ‘abróchense
los cinturones’ y el avión aumenta la velocidad en la pista de Barajas.
Muchos pasajeros miran por la ventanilla para ver cómo Madrid
empequeñece ante sus ojos, de repente, un bandazo, el avión pierde
altura y el mundo se oscurece.
154 muertos, seis de camino al hospital y uno que fallece durante la
noche, y 19 heridos, todas las miradas puestas en Spanair y su situación
económica, familias desesperadas que buscan respuestas en los
hospitales de Madrid, en el recinto ferial de Ifema, en el Aeropuerto de
Gran Canaria. La compañía guarda silencio y los ánimos se caldean. El
mundo parece haber cambiado de color.
Durante los primeros instantes, nadie parecía saber qué había
sucedido, la conversación entre las chicas de seguridad que vigilaban la
pista es la mejor evidencia: no sabían si se había estrellado un avión,
si ardía el parque de bomberos, ni siquiera estaban seguras de en qué
pista exacta estaba el incendio, pero el pánico y el miedo al ver cómo
crecía la nube de humo queda visible en el tono de sus voces.
Los primeros detalles que llegaron sobre el accidente fueron confusos
y los supervivientes aseguran que los bomberos tardaron más de cuarenta
minutos en llegar a socorrerles. Mientras, el resto del país se
enteraba de la noticia con informaciones que llegaban a cuentagotas,
pero ante el baile de datos pocos fueron los que no se temían ya la
tragedia.
Más de 2.700 personas -policías, médicos, bomberos, psicólogos y
otros profesionales- participaron en las tareas de salvamento y
asistencia a las víctimas del accidente aéreo.
Las primeras cifras hablaban de siete muertos y cientos de heridos,
pero el número de víctimas se disparó poco después. En la lista de
fallecidos se encontraban 79 habitantes de Gran canaria, donde viven
poco más de 800.000 personas, por lo que casi todos los municipios de la
Isla se acostaron aquella noche con el duelo de alguno de sus vecinos.
Fuente: La Provincia.
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